China y Estados Unidos siguen sin acuerdo comercial a doce días de que finalice su tregua

China y Estados Unidos siguen sin acuerdo comercial a doce días de que finalice su tregua

Pekín, 31 jul (EFE).- Tres rondas intensas de negociaciones no han logrado aún que China y EE.UU lleguen a un acuerdo definitivo sobre los aranceles, que por el momento van posponiendo mediante treguas, la última de las cuales vence el próximo 12 de agosto.

Las dos potencias cerraron el martes sus últimas conversaciones comerciales en Estocolmo sin que ninguna de las dos partes haya especificado qué acuerdos alcanzaron, más allá de mostrar su voluntad de seguir negociando antes de que expire la actual pausa.

En mayo, las dos partes pactaron en Ginebra esta tregua comercial de 90 días, la cual fijaba una reducción de 115 puntos porcentuales en las tasas que se habían cruzado desde principios de abril y que se tradujeron en un embargo comercial ‘de facto’ entre las dos mayores potencias económicas del mundo.

Según algunos analistas, la tregua implica que tanto Washington como Pekín están, al menos por el momento, priorizando el diálogo sobre la escalada en una guerra comercial que en abril amenazó con desordenar las cadenas de suministro y sacudir los mercados.

Las últimas conversaciones de Estocolmo se saldaron con declaraciones de buenas intenciones, como las del representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, que las calificó de “muy productivas”, o las del negociador chino Li Chenggang, que las tildó de “profundas, sinceras y constructivas”.

Pero si no hay más aplazamientos y no se llega a un acuerdo antes de mediados de agosto, advirtió Greer, los aranceles sobre las importaciones chinas podrían rondar el 80 u 85 %, dependiendo del producto, como forma de corregir el actual desequilibrio comercial entre ambos países y la “sobrecapacidad” exportadora de Pekín.

Mientras, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, señaló que ambas partes deben “encontrarse en un punto medio” y que su país “seguirá abierto al exterior”, dejando entrever un posible mayor acceso de productos estadounidenses a su mercado, al que calificó como “uno de los más grandes del mundo y con un enorme potencial”.

Desacuerdos sobre el fentanilo

El encuentro en la capital sueca sigue al mantenido en Ginebra, a otro en Londres y a la conversación telefónica que mantuvieron en junio el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, para limar asperezas.

EE.UU. había llegado a imponer aranceles del 145 % a los productos chinos, mientras que Pekín elevó al 125 % los suyos sobre los estadounidenses, si bien después Washington bajó los gravámenes al 30 % y China al 10 %.

No obstante, el ministro Wang reveló recientemente que el nivel de aranceles impuesto actualmente por EE. UU. contra su país es del 53,6 %, “uno de los más altos del mundo”, desglosando las tasas en un 10 % de base, un 20 % por la producción en China de precursores químicos usados para fabricar el fentanilo que se vende en EE. UU. y otro 23,6 % adicional por gravámenes ya existentes.

Algunos analistas creen que China quiere que EE. UU. elimine las tasas impuestas a cuenta de la droga, pues Pekín niega su responsabilidad y asevera que la crisis sanitaria “es un problema de ese país”.

“Pese a la buena fe que demostramos para colaborar en este asunto, Estados Unidos impuso aranceles a China a cuenta del fentanilo, lo que supuso un revés para la cooperación sobre narcóticos, además de conllevar un grave daño para los intereses de China”, reiteran los portavoces chinos de Exteriores.

Chips por tierras raras

Tras Ginebra, los equipos negociadores acordaron abrir un canal de diálogo para debatir cómo aplicar el consenso general acordado entre Trump y Xi, aunque ambos países acabaron acusándose mutuamente de romper la tregua.

Así, volvieron a citarse en junio, esta vez en Londres, con una reunión que se saldó con la aprobación, por parte de Pekín, de solicitudes de exportación sobre las tierras raras. Estados Unidos, por su parte, canceló algunas de las “medidas restrictivas” que había impuesto a China, como los controles a la exportación de chips.

Según los analistas, Washington espera todavía garantías o un acceso menos limitado a esos materiales clave -China controla el 70 % de su producción mundial y casi el 90 % de los imanes de alto rendimiento-, con los que Xi ha logrado hacer palanca para limitar la capacidad de Trump de tomar medidas más contundentes contra Pekín.

China ha reiterado que no aceptará imposiciones, que EE. UU. no debe socavar su desarrollo con nuevas restricciones y que cualquier intento de condicionar las negociaciones a medidas unilaterales dañará el clima de entendimiento. EFE

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